sábado, 30 de enero de 2010

¿Quien se acuerda de la simonía?

Carlos Monsiváis

Con autorización del autor reproducimos este artículo publicado en los medios mexicanos Proceso y El Universal hace casi 8 años.

1 de septiembre de 2002

Prólogo explicativo

LO SIGUIENTE se encuentra en los Hechos de los Apóstoles, capítulo 8, versículos 18-21: "Y como vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo: dadme también a mí esta potestad, que a cualquiera que pusiere las manos encima, reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le dijo: tu dinero perezca contigo, que piensas que el don de Dios se gane por dinero. No tienes parte ni suerte en este negocio; porque tu corazón no es recto delante de Dios." (Versión Reina-Valera)

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De las ambiciones frustradas de Simón el Mago deriva la simonía, la intención deliberada de comprar y vender o traficar de cualquier manera con los objetos y las situaciones sagradas. La simonía es de dos clases: la de la ley divina, el comprar y vender cosas intrínsecamente espirituales, por ejemplo indulgencias, o cosas temporales inseparables de lo espiritual, por ejemplo los beneficios (las rentas de una fundación eclesiástica), y la simonía de la ley eclesiástica, el comprar y vender cosas temporales vinculadas a lo espiritual. (Diccionario católico, editor Donald Attwate, Nueva York, 1941).

Una empresa religiosa con mayúsculas

Si se habla de los intereses económicos alrededor de la Quinta Visita del papa Juan Pablo II a México, ¿es válido resucitar el término simonía? Los que confiamos simultáneamente en las personas y las instituciones estamos al tanto: para incrementar su efectividad, la fe requiere de los métodos de promoción del sistema financiero y de la tecnología. En la revista América Económica , agosto de 2002, ofrece su versión de los hechos Adrián de Lope, gerente de ventas de On Data; egresado de la Universidad Anáhuac y, por tanto, formado intelectualmente por los Legionarios de Cristo. De Lope, que ya fue coordinador operativo de la logística de las Visitas de 1996 y 1999, le explica al reportero Diego Fonseca: "Una misión papal es una empresa religiosa con mayúsculas. No discutamos la parte religiosa, pero la empresarial se tiene que manejar como el hipermegaconcierto de rock más grande de la historia a lo largo de tres días y en diversos puntos ."

Tiene razón De Lope, no es discutible la parte religiosa, muy respetable, y sí es causa de admiración la parte empresarial. Según el gobierno de la ciudad de México, la Visita generó 250 millones de dólares en hospedajes, alimentos, transportes y merchandising . (Los expertos consideran muy baja esta cifra, al no considerar la economía informal, sustento de millones de mexicanos). El reportero Fonseca explica la logística de la peregrinación papal: "Un manual McDonald`s explica en detalle cómo se hace cada hamburguesa, qué ingredientes lleva, cuánto se la cocina y en cuánto tiempo debe ser vendida. El manual del Papa era algo similar. De Lope escribió un libraco de 700 páginas y tres kilos de peso con el detalle de las actividades de Su Santidad ¡minuto a minuto!".

Según estimaciones extraoficiales, el aporte de las empresas tecnológicas rebasó los 10 millones. Al solicitar el impulso corporativo el Episcopado y su grupo de apoyo que incluyó el aporte gratuito de mil profesionales, desde abogados a ejecutivos con MBA a cuestas recibieron los donativos en especie y no, comprensible o incomprensiblemente, en efectivo. Por eso el Episcopado decidió retribuir fiscalmente a sus patrocinadores, pues las empresas sólo pueden deducir de impuestos hasta 35% de sus donaciones en metálico, pero si es un activo físico consiguen salvar el 100%.

Además de la fe y las ventajas hacendarias, intervienen las necesidades competitivas. El auge del mercado automotriz mexicano obliga a la búsqueda despiadada de clientes. Ford Motor Company de México cede a la escolta papal 100 automóviles y camionetas más un grupo de autobuses, tras comprobar que Volkswagen, un patrocinador histórico, se desentendía de la visita tras cuatro meses de negociaciones con los organizadores.

"Faltaron las camisetas estampadas"

Hasta última hora, a la oficina de De Lope llegaron ofertas comerciales muy variadas. Como coordinador operativo, es de los primeros en localizar los negocios probables, que deriva a las comisiones para su estudio y aprobación. Pasan por allí desde pedidos para realizar retratos al óleo de Su Santidad hasta autorizaciones para editar discos con discursos del Papa y la historia de Juan Diego, pañoletas, sacacorchos y gorras. Al final se edita el CD y Banamex/City bank imprime la medalla conmemorativa y dona cerca de 2 millones de dólares de la recaudación a los organizadores.

Antes de comenzar, fracasan otros negocios potencialmente exitosos, como los portarretratos de Su Santidad y del santo indio. La organización quiso atraer a empresas de bebidas alcohólicas y cigarrillos, pero sus pruritos arruinaron el negocio. ¿Por qué? No querían que las fotos de Juan Pablo II estuvieran estampadas con, por ejemplo, el logotipo de Corona, y proponían imprimirlas... en la parte trasera del portarretrato. Nadie se interesó.

Tampoco salen al mercado estampas oficiales del Papa, 10 mil packs para el hogar con tres imágenes religiosas y un velador. Esto despoja a la organización de numerosos ingresos por derechos de comercialización que intentan aprovechar los vendedores ilegales, a los que se les niega la entrada a las concentraciones masivas.

El Episcopado concesiona la venta de publicidad en las vallas a la empresa Go Marketing, que vende cada auspicio en 60 mil dólares. Aeroméxico transporta a la comitiva papal de regreso a Roma en un Boeing 767, Grupo Radio Centro y Telmex financian las camisetas oficiales, Coca-Cola dona 500 mil botellas de agua Ciel para las vallas, y los restaurantes Sanborns venden merchandising oficial de la Iglesia en sus locales y su portal de internet.

Televisa modifica la programación del canal 2 y destina un equipo de exteriores de transmisión de TV digital para producir 25 horas de cobertura, la mayoría en vivo, bajo el eslogan "La fe se puede ver". Hay problemillas. En principio, el Episcopado adjudica la transmisión de la Basílica a María Visión, un canal de TV católico propiedad de Emilio Burillo, ex socio de Televisa. Presionado por Televisa y Azteca el Episcopado retrocede. Aunque María Visión mantiene algunas operaciones en la Basílica, el productor central, Televisa, genera la señal internacional por Sky. "Tanto celo no es para menos, en medio estaba la pauta publicitaria", comenta De Lope.

Según la Asociación de Hoteles y Moteles de Ciudad de México, las cadenas hoteleras de tres y cuatro estrellas agotan sus reservaciones a fines de junio. "Estos eventos se cobran a tarifa llena y sin descuentos, y se venden paquetes que incluyen todo, desde restaurantes a aviones y taxis", dice Raúl Ochoa, analista de la casa de bolsa Bital. "Como esto, sólo el Mundial de Futbol 86 generó tanto movimiento". Pero hay en la Visita una meta superior. "Esto es puro fervor religioso, incomparable con la histeria colectiva", dice De Lope: "Yo he visto llorar, conmovidos por la presencia de Su Santidad, a varios de los mayores empresarios de México". Y no es para menos, concluye Diego Fonseca, el Papa moviliza tanto almas como dinero. Como se ve, es imposible hablar de simonía.

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