Es domingo por la mañana en una de las iglesias más innovadoras y de crecimiento más rápido. El café está servido. Hay música ambiental que llena el espacio. Una pantalla muestra un reloj en cuenta regresiva anunciando que el servicio iniciará en cinco minutos. Hay gente platicando en el vestíbulo mientras otros están sentados en actitud de oración.
Aparece el líder de alabanza y saluda a la congregación. Una mujer dice a su marido, "no escucho, ¿puedes subir el volumen?". Él accede dando click al mouse para subir el volumen de su laptop. Ella inclina la cabeza en señal de agradecimiento y se acomoda para el inicio del culto.
Bienvenidos a la iglesia virtual.
Algunas iglesias han dado este salto recientemente, yendo más allá de tener múltiples recintos (en inglés, "campus") o recintos comunicados vía satélite. Han lanzado los recintos en línea, o de internet, convirtiendo cada sala, dormitorio o cafetería con conexión inalámbrica en una extensión de la iglesia.
La tendencia inició en 2007 con un puñado de iglesias y se ha generalizado a docenas de congregaciones. Algunas son iglesias grandes y notorias como la Iglesia North Point en Atlanta, mientras que algunas son pequeñas; sin embargo esto llevará al lanzamiento de cientos de iglesias virtuales en los próximos años.
La iglesia en línea no es simplemente la transmisión en video de un sermón o un podcast. Los cultos de adoración tienen horarios para que los asistentes interactúen simultáneamente. Además se hacen esfuerzos para asegurar que la experiencia sea más interactiva y menos pasiva de lo imaginable. Brian Vasil, quien supervisa el culto virtual de la Iglesia Flamingo Road cerca de Miami, afirma que el objetivo del recinto virtual es idéntico al de los cultos presenciales.
"Queremos ayudar a las personas a dar pasos hacia Cristo. No queremos que solamente tomen buena enseñanza, sino también que se comprometan y conecten", dice. "Muchas personas oyen hablar de cultos virtuales y piensan que debe ser algo muy pasivo las personas sentadas en sus piyamas viendo un video. Pero nos hemos apalancado en la tecnología para ofrecer un espacio de chat donde los congregantes se mezclan e interactúan unos con otros y conmigo, su pastor virtual. También tenemos estudios bíblicos en línea y estudios para niños y adolescentes en línea. Durante la semana nuestro recinto de internet ofrece foros, estudios de libros, estudios de liderazgo y celulares. Tomamos peticiones de oración en línea, unas 150 a la semana."
En cada movimiento novedoso es sabio cuestionarse y probar los valores subyacentes, la teología y las implicaciones. Incluso los líderes de iglesia que no planean iniciar un esfuerzo virtual se pueden beneficiar de esos cuestionamientos. Por ejemplo, las iglesias virtuales, nos obligan a repensar conceptos asumidos desde hace tiempo sobre lo que es realmente una iglesia, el impacto de la tecnología en el alma, y lo que realmente significa participar en una comunidad espiritual. El advenimiento de iglesias virtuales puede obligar a las iglesias tradicionales a reexaminar sus valores ministeriales.
Aprovechando la tecnología
Uno de los primeros grupos en aventurarse a hacer una iglesia virtual fue LifeChurch.tv. Después de haber sido plantada en 1996 cerca de la ciudad de Oklahoma creció rápidamente utilizando una estrategia multirecintos. La iglesia LifeChurch.tv tiene ahora más de una docena de recintos físicos desde Arizona hasta Nueva York. En la pascua de 2007 pasó de sumar recintos a multiplicarlos. Con el lanzamiento de su recinto en línea iniciaron un movimiento que los ha llevado a alcanzar a personas en cualquier lugar del planeta con una conexión de internet.
Bobby Gruenewald es quien ayudó en LifeChurch.tv a lanzar su campus en línea y ahora supervisa la expansión de su ministerio digital.
"La iglesia en línea alcanza unos 5,000 a la semana mediante 22 experiencias programadas enlinea", comenta. Como otros en el movimiento de iglesia por internet admite que es difícil determinar números con exactitud, pero reporta que cada semana hay 50,000 direcciones de IP conectadas con al o mas una de diez permaneciendo para todo el servicio.
Gruenewald dice que la iglesia en línea es una parte significante de la misión general de LifeChurch.tv. "Nuestro deseo es aprovechar la tecnología para conectar a la gente con Cristo, con ellos mismos y con su comunidad". Y una rápída expansión es gran parte de su extrategia.
"Buscamos expandir el ministerio. Compramos anuncios en Google de tal forma que cuando la gente busca 'iglesia' o 'iglesia en linea' e incluso términos que no tienen que ver con la iglesia, la gente vea nuestra iglesia virtual como una de sus opciones". Gruenewald dice que la iglesia planea ampliar sus opciones a 50 servicios a la semana en 2010. Su meta a largo plazo es tener servicios disponibles las 24 horas en varios idiomas.
Sacramentos remotos
La iglesia de Seacoast en Charleston, Carolina del Sur, también intenta ofrecer todos los ingredientes de los servicios de adoración a los congregantes en línea. Brad Singleton dirige el ministerio. El dice que los adoradores virtuales pueden encender una vela, escribir un mensaje de confesión o de oración y clavarlo en una cruz virtual, orar con él en un cuarto privado de chat, diezmar e incluso tomar la comunión. Admite que éste último es algo difícil.
"No, no tenemos jugo digital. Solo señalamos que la comunión es una forma significativa de corresponder en adoración y alentar a la gente a encontrar la forma de tomar los elementos si así lo deciden."
¿Impacto de la iglesia virtual? Vasil dice que la Iglesia Flamingo Road ve las mismas señales de vidas cambiadas entre los congregantes en línea como en los congregantes presenciales: confesión, oración, compromiso a Cristo e incluso bautismo.
"La mayoría de la gente que acepta a Cristo por medio del campus de internet viaja a nuestro santuario para bautizarse", comenta Vasil. Pero en algunas ocasiones hemos conducido el bautismo en línea. "Pedimos a la persona que se va a bautizar encontrar un creyente que servirá como mis manos en el momento", dice Vasil. "Yo digo las palabras por la red mientras el creyente bautiza a la persona en una alberca o jacuzzi. Es muy significativo y lo tomamos con mucha seriedad. Incluso hemos mandado equipo de video para grabar el bautismo para que toda la comunidad en línea pueda atestiguar."
El toque humano
Douglas Estes, autor de Sim Church [traducido sería algo como Iglesia virtual] estima que actualmente la iglesia cristiana está participando en menos del uno por ciento de los 70 millones de personas activas en el mundo virtual. De acuerdo a Estes eso hace a los cibernautas la población menos alcanzada en el mundo. Pero, ¿es el campo de la misión digital para todos? Vasil dice que no todas las iglesias deben participar en la iglesia virtual.
"Primero que nada, la iglesia debe dar el apoyo total de sus líderes más decisivos, de su jerarquía. Esto no puede ser un esfuerzo colateral de unos cuantos fanáticos de la tecnología que sólo quieren transmitir un culto de adoración. El pastor principal debe estar al 100 por ciento detrás de esto." Aunque una iglesia virtual no demanda mucho apoyo monetario o gran infraestructura tecnológica, Vasil recuerda que es un recurso laborioso, que usa muchos voluntarios y necesita el apoyo de muchos miembros no virtuales de la iglesia para sacar adelante el esfuerzo.
Otra consideración se centra en la dinámica de la relación con la tecnología.
"Un error grande es pensar que esto es un asunto de tecnología. No lo es. Es un asunto de personas", dice Gruenewald. "Si una iglesia se centra en la tecnología y sus herramientas, probablemente fracasarán. Ya se trate de un lugar físico o virtual de la iglesia, todo es relacional."
Vasil coincide. "Este ministerio requiere una persona apasionada: primero sobre el hecho de ser pastor y segundo en el uso de la tecnología."
Singleton de la Iglesia Seacoast en Charleston agrega que las relaciones son necesarias para que un campus virtual prospere.
"Tratamos con mucho énfasis de usar el internet para impactar bases militares y estaciones de bomberos, pero vimos que esos esfuerzos carecieron del apoyo de un 'agente interno' dentro de ellas, quien pudiera hacer suyo el ministerio y ayudarlo a crecer."
Mientras tanto, Seacoast ha visto un crecimiento sorprendente entre las Iglesias de casa quienes utilizan la adoración por internet como una parte vital de su vida de iglesia. Hay congregaciones en grupos de hogar que adoran en línea por medio del sitio de Seacoast.
Pero, ¿Es esto realmente una iglesia?
Anteponiendo una intención constructiva se debe hacer una pregunta básica. ¿Es una iglesia virtual realmente una iglesia?
Bob Hyatt, pastor de la Comunidad Evergreen en Portland Oregon, ve algunos riesgos en el movimiento de la iglesia virtual. Evergreen tiene tres servicios en múltiples lugares y aprovecha la tecnología de varias formas. Pero la iglesia ha evitado intencionalmente la predicación remota o los santuarios virtuales porque sienten que son inherentemente insanos.
"La iglesia virtual tiene muchos de los problemas de las mega iglesias y santuarios por video", dice Hyatt, "pero la iglesia virtual lleva esos problemas a extremos absurdos. Crean distancia entre el seguidor y el líder, el discípulo y el maestro, entre el servido y el servidor. Mientras que tener vida de comunidad es difícil en una megaiglesia, es imposible en una iglesia virtual. La iglesia virtual no solamente deja de formarnos en aspectos muy necesarios, más bien creo que tiene efectos malformadores porque solo es suficientemente comunal para ofrecer algunos de los aspectos más fáciles y mas satisfactores del ser comunidad sin las partes más difíciles y demantantes."
Un animado debate se ha entablado sobre la calidad y la legitimidad de la comunidad que se nutre en Facebook, MySpace, blogs y otras redes sociales. Este debate está en el corazón de las consideraciones de la iglesia virtual.
El Pastor y autor Shane Hipps explora el tópico de las comunidades en línea en su libro "Parpadeando pixeles: cómo la tecnología forma su fe". Si bien la comunidad en línea tiene beneficios, Hipps sostiene que no es tan bueno como lo que él llama "la comunidad inmediata (o no mediatizada)." La comunidad virtual, sostiene, es algo sin cuerpo y más que nada una conexión cognitiva", que se da en sólo una esfera de la experiencia humana. "No es tan valioso como la comunidad inmediata, que implica todo el rango de la experiencia humana: sentido físico, no verbal, intuitivo, energía sutil, señal visual, y tonos acústicos. Estas son cosas muy poderosas que no deben descartarse rápidamente como 'buenas pero no necesarias'."
Marc Driscoll, pastor de la Iglesia Mars Hill de Seatlle, utiliza predicación por video y comparte sus sermones en podcasts, pero ve esos esfuerzos tecnológicos como soporte para la verdadera iglesia, a la que no sustituye. Rehúsa dar validez a las iglesias virtuales porque no se puede dar ni recibir la comunión, el bautismo, la disciplina de iglesia, mismas que requieren la presencia física de creyentes.
En su libro Ofreciendo la Iglesia, Driscoll escribe, "En el mundo actual del Facebook, las juntas electrónicas pueden ser un precursores o suplementos de una reunión así que se ve como un medio razonable de un buscador para dar un vistazo a una iglesia… pero esto no puede ser una sustitución de la asistencia personal si seguimos el mandato de Dios en Hebreos 10:24-25". Para Driscoll, la iglesia virtual puede ser un ministerio valioso de una iglesia, "pero no puede ser la plenitud de la iglesia."
Brandor Buckner, el director del Campus de Internet de la Iglesia Mclean Bible cerca de Washington, D.C. reconoce los límites de las iglesias en línea aún cuando se sigue dedicando a ellas.
"El campus de internet no es un fin pero si es un medio del recinto físico", comenta Buckner. "Hay un valor real que viene de ser parte de una comunidad virtual, pero no es un substituto de la iglesia. Creemos que es muy bueno para la gente que no puede acudir por alguna razón, pero no nos gustaría si alguien sólo adora en el mundo virtual. Los queremos encontrando vida en comunidad en línea y también viniendo a la iglesia y haciendo conexión con el mundo real."
Bobby Gruenewald disiente de los críticos de la iglesia virtual.
"No es ni mejor ni peor que las Iglesias que se reúnen en espacio físico. Cada expresión tiene limitaciones y cada una tiene su propio conjunto de oportunidades."
Vasil de la Iglesia de Flamingo dice que las críticas a la iglesia virtual pueden aplicar con la misma facilidad a las iglesias físicas.
"La gente se queja de que los miembros de la iglesia por internet se pueden esconder en el anonimato", comenta. "Claro que pueden, pero también alguien que se siente en la última fila de un santuario físico. O pueden decir que la disciplina de iglesia se dificulta, pero también sucede eso en cualquier otra iglesia en los Estados Unidos".
Es un llamado a más involucramiento en la iglesia, no menos
El argument de Vasil nos recuerda que las tendencias ministeriales que ahora rigen en la iglesia virtual también se generalizan en las iglesias de "ladrillo y mortero". Estas tendencias incluyen: la prioridad sobre el contenido, la preferencia del valor individual sobre la vida en comunidad, y restando énfasis a la disciplina y responsabilidad en la iglesia. Si los líderes de la iglesia no tienen reparo en estos supuestos, la iglesia en línea se puede volver pináculo en la filosofía de las iglesias contemporáneas. Pero para otros el movimiento de la iglesia virtual sirve como un espejo magnificador que revela lo prevalecientes que estos supuestos son en sus propias iglesias.
No es suficiente el solo aceptar las Iglesias virtuales con el argumento de que "no son peores" que las Iglesias físicas. Un enfoque más útil puede ser examinar los retos de ambas iglesias, la virtual y la física de tal forma que ambas sean más fieles al llamado de Cristo.
Éstos son algunos de los cambios que pueden ser desafíos ante las iglesias virtuales y las congregaciones más tradicionales, como las que muchos de nosotros lideramos.
"Información" contra "Formación"
La predicación y la enseñanza audibles son esenciales en el reino de Dios, pero en muchas iglesias el contenido disperso, muchas veces de formas bastante entretenidas, se convierte en el principal rasgo de la vida de la iglesia. Si el propósito primario de la iglesia es simplemente informativo, entonces un video en línea es suficiente. Pero si la formación de discípulos requiere más que uncontenido, si también requiere vida de comunidad (conocer y ser conocido y que otros creyentes conozcan mi vida), entonces se debe reexaminar el uso que damos a la tecnología.
"Simultáneo" contra "Juntos"
Muchas personas que toman la santa cena remotamente en su propia casa no son lo que Bonhoeffer tenía en mente cuando tituló su libro clásico sobre la iglesia, "Vida en comunidad". Claro que discusiones superficiales en una clase de escuela dominical o la diplomacia sin compromiso que caracteriza a muchas iglesias en el mundo real también fracasan en parecerse al modelo de Bonhoeffer.
La figura bíblica "cuerpo de Cristo" significa mucho más que la gente haciendo cosas cristianas al mismo tiempo o bajo el mismo techo. Sea en línea o en un templo, la meta no es simplemente tener experiencias simultáneas sino notar la existencia unos de otros y amarnos en una comunidad verdadera.
"Virtual" contra "físico"
Los practicantes de la iglesia virtual muestran real celo por compartir a Cristo y acercar gente a Dios. Pero en ese afán no debemos olvidar que el medio también le importa a Dios. Juan escribió que el Verbo se hizo carne y moró entre nosotros, y sus cartas contienen duras palabras para quien diga que Jesùs no se hizo carne porque la carne (física) es real e importante. Dios bien pudo haber enviado un texto o una visión pero no lo hizo así.
Ningún marido quisiera una esposa virtual; ninguna madre quisiera un hijo virtual. Además, nuestra unión con otros hermanos de iglesia –partes interdependientes del cuerpo de Cristo, según Pablo- es de mucha mas importancia que la misma unión familiar. Nuestras iglesias tienen que ir más allá de las palabras y enfatizar la importancia de que el creyente lleve a cabo actos físicos de obediencia, servicio y adoración.
Compromiso vs Selección Fugaz
Escoger una iglesia o "salir de shopping" a escoger una (como se le ha llamado) es parte del paisaje religioso contemporáneo. En un mundo virtual, escoger una iglesia significará que una persona podrá cerrar la ventana (navegador) de una iglesia cuando el segmento de música termine y abrirá el de otra con un sermón más interesante.
Más que agregar ligas de opción al cibercreyente, tal vez debemos enviar el mensaje de que ser parte de una iglesia implica la elección valiente de dejar las opciones para dar paso al compromiso. Como un líder de iglesia apuntó, "hay algo de formación en el hecho de ser parte de una comunidad que se reúne en un lugar en un tiempo y con personas que no son escogidas por mí". Iglesias virtuales y presenciales deben encontrar medios frescos para establecer orden, reglas y acuerdos que impliquen compromiso entre discípulos.
Sea o no que su iglesia lance un ministerio virtual, podemos agradecer al movimiento de Iglesias virtuales por forzarnos a reexaminar el significado de ser iglesia. Una muy reflexionada teología eclesiológica y una visión honesta sobre los valores que guían nuestro ministerio nos ayudará a deslizarnos sabiamente al mundo digital y tal vez atraer atención al mundo real.
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El autor es Chad Hall, profesor en el Western Seminary en Portland, Oregon.
[traducción y adaptación de Navegando por la fe – reproducido con permiso de Christianity Today. Artículo original aquí.]
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